sábado, 23 de julio de 2011

damián: viaje con protocolo


Un dolor intenso en los tobillos y muñecas lo fue sacando del largo letargo. Los parpados pesados querían seguir protegiendo esos ojos negros que de a poco y con gran esfuerzo fueron doblegando la confortable somnolencia. Una imagen borrosa fue supliendo la oscuridad. Comenzó a parpadear, a hacer foco y depurar esa imagen confusa. Sombras y siluetas fueron tomando forma de a poco. El penetrante olor a sudor y orina lo despabiló aun más. Quiso restregarse los ojos, pero el oxidado grillete se lo impidió. A su derecha una figura oscura, también engrillada dormía con la cabeza entre las rodillas. A su izquierda una pared de madera le daba un inesperado privilegio donde descansar su maltrecho cuerpo. Entre las rendijas de las maderas entraba una luz mugrienta que daba una débil claridad a ese desconocido lugar en penumbras. Apoyó unos segundos su cabeza en la pared y escuchó a lo lejos el ruido de olas que se mezclaba con un murmullo de hombres, en una lengua desconocida. Notó de pronto que el cuarto se acunaba casi de forma imperceptible. Una pesadumbre en el pecho empezó a nublarle nuevamente la vista y unos surcos de agua salada se abrieron paso por entre sus mejillas. Quiso llevarse las manos a la cara otra vez, pero el grillete le opuso resistencia. Con esfuerzo logró levantar la pesada cadena y limpiarse la cara. Sus ojos siguieron el camino de esa cadena. Del grillete de sus muñecas iba al de sus tobillos y de éstos a los tobillos de la figura que dormía al lado de él. Pero no terminaba ahí. Las figuras fueron apareciendo, unidas por la misma cadena,  una tras otra, confundiéndose en la oscuridad. Pudo distinguir de pronto que varios de ellos estaban despiertos, pero sus ojos no miraban, estaban vacios. No reconoció a nadie. Solo compartían la cadena, los grilletes, el color de piel y el hacinamiento. Sobre su cabeza había una especie de cucheta donde intuyó que otra cadena hacía el mismo recorrido: muñecas, tobillos, tobillos, muñecas. Una imprevista arcada lo hizo desviar la vista hacia una columna ubicada a unos metros de él. Detrás de ella se movía la infinita cadena con espasmos y ruidos que inundaron la habitación. Segundos después los sonidos cesaron y un cuerpo inerte y encadenado cayó detrás de esa columna. Nadie hizo nada. Era inútil. Al costado de la columna había una escalera que atravesaba un agujero oscuro ubicado en el techo. Esperó expectante algún movimiento o ruido de ahí, pero nada sucedió. Sintió la humedad de las maderas y el frio en sus pies. Volvió a apoyar la cabeza en la pared. Cerró los ojos y se dispuso a escuchar el sonido del mar. Deseó que los murmullos de arriba enmudeciesen un momento para oír con mayor claridad. Sorpresivamente todavía deseaba… 

Protocolo
La elección de describir un barco negrero la hice después de escuchar una canción de Bob Marley en un noticiero. Originalmente iba a describir una playa, en la cual al protagonista lo despierta un perro. Pero me finalmente me decidí por el barco. Traté de ponerme en los ojos del personaje, pero sin contarlo en primera persona y cómo su percepción lo iba poniendo al tanto del lugar. Investigué un poco como estaban construidos estos barcos. Miré fotos e ilustraciones y me fui imaginando como sería ese sitio. A medida que iba escribiendo me gustó la idea de describir el camino que hacia la cadena que apresaba a los esclavos. Si bien es bastante claro el espacio donde se encuentra el personaje, no quise poner en ningún momento que era un barco, sino sugerirlo con los sonidos del mar y el movimiento de la habitación. En el ataque que sufre uno de los esclavos y el posterior silencio  quise retratar el trato de mercadería que recibían, por un lado y además el hecho que los esclavos eran todos de diferentes lugares. No compartían el idioma. Con esto evitaban posibles motines. Con la imagen del mar en su cabeza y el final de la descripción quise darle un pequeño rasgo esperanzador, de evadirse de esa realidad y defender en el fondo de su ser la característica humana del deseo.

1 comentario:

  1. Me parece genial el trabajo de investigación, y la narración en sí también! Me gustó mucho

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